¿Cambió su forma de ser? “Uno es una persona que va evolucionando, pero lo que siempre traté es que el medio no me cambiara. La tele puede transformar a cualquiera en una persona de mierda. Traté de mantener los pies sobre la tierra; tengo los mismos amigos, la misma vida. Por eso nunca sentí la necesidad de hacer notas con revistas, ni de vender mi vida privada”, contó.
El rol de su familia y la relación de él con María, su mujer, y Catalina y Amanda, sus hijas. “Toda mi vida gira en torno a mi familia. Aunque no lo crean, soy el padre más presente del universo. Cuando mis hijas están durmiendo, yo estoy trabajando. En dos o tres partes del día, cuando ellas están, yo estoy con ellas. No tengo vida social, me dedico a ellas”, agregó.
Y cerró hablando de su esposa, de 35 años: “María está siempre, me ayuda en todo. Yo soy quien soy por el laburo de ella también. Sin ella, hubiese sido imposible esto. Pensá que cuando llego a mi casa, tengo una mujer con los pies sobre la tierra, que no está en la boludez, que no leyó los portales de Internet, que no se cuelga de la pavada, que no hablamos de famosos, de política, ni de nada del medio”.
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