jueves, julio 30

Más de 40 hogares quieren adoptar una nena tras el sensible pedido de un juez


A veces, el juez del Tribunal Colegiado de Familia Nº 5, Marcelo Molina, escribe sobre las experiencias que lo conmueven en su rol judicial. Esta vez, más precisamente antenoche, colgó en su muro de Facebook un texto en el que, con pocas palabras, pintaba la realidad de una nena a quien le urgía encontrar familia. "Beo tiene diez años, es delgada, pequeña, muy dulce y amable. Juega y se sonríe frente a mí, no me conoce pero sabe que algo tengo que ver con su futuro. Beo cruza miradas cariñosas con la persona que la acompaña desde el Hogar donde vive desde hace ya unos años, muchos, demasiados", dice Molina. Pocas horas después, a la sede local del Registro Unico de Aspirantes a Guardas Preadoptivas (Ruaga) ya habían llamado más de 40 personas de Santa Fe y otras provincias ofreciéndose, solas o en pareja, para adoptar a la niña. Las entrevistas empezarán esta semana y servirán incluso para sondear la chance de hallar hogar a otros más de 20 chicos que también están en situación de adoptabilidad o es inminente que se los declare en ese estado.

El mensaje del juez para explicar qué lo llevaba a buscar una alternativa para Beo (nombre ficticio) a través de las redes sociales fue breve y sensible. "La infancia de Beo no ha sido como la mía, quizá —casi seguro— tampoco como la de ustedes. Su familia no pudo cobijarla. Y nosotros, los de las Convenciones, las Constituciones y los Derechos, no hallamos aún otra que la reciba y le garantice su «derecho a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales». Ella es distinta, derrama más amores que palabras y nos demanda, nos emplaza. Beo necesita una familia".

Con esa contundencia, las palabras obraron el milagro de tocar corazones.

Y a las pocas horas de que los medios de comunicación se hicieran eco de ese llamado público, sólo en la sede rosarina del Ruaga ya se habían recibido más de 40 ofrecimientos, sin contar otros tres que le llegaron directamente al juez y otros tantos que se suponía podían estar recepcionando otras áreas gubernamentales, como el Area de Niñez o la Subsecretaría de Inclusión para Personas con Discapacidad (porque Beo tienen un retraso madurativo vinculado con el habla).

La propia directora provincial del Ruaga, Selva Degiorgio, actualizó algunos datos para LaCapital para poner en perspectiva la situación de la niña y contó que actualmente hay en el Nodo Rosario poco más de 800 inscriptos dispuestos a adoptar, cifra que a nivel provincial asciende a 1.500.

En lo que va del año, aproximadamente unos 20 hogares del nodo recibieron a un chico en adopción, mientras que otros 20 nenes de 8 años en adelante —la mayoría incluso mayores de de 12—, contando todos los nodos, aguardan aún por la aparición de una familia que los acoja como hijos. Varios de ellos, hermanitos.

El caso es que Molina decidió apurar los tiempos para resolver la situación de Beo apelando a una vía poco convencional. Prima facie, al menos por las alternativas que ya empezaron a pintarse, la audaz movida valió la pena.

La regla. En un procedimiento de rigor, para llegar a una adopción intervienen Niñez y Adolescencia y, una vez declarado el chico en estado de adoptabilidad, también la Justicia y como último eslabón el Ruaga, registro que se construye puntillosamente a partir de la inscripción de los interesados.

Pero en el caso de esta nena, contó el juez, como no aparecieron postulantes para adoptarla, decidió hacer pública su necesidad de encontrar cariño y cobijo en un hogar que transforme en definitivo.

"Ella tiene una realidad compleja en serio", dijo el juez. Después de que Niñez decidiera desvincularla de su familia biológica —oriunda de la zona de Rosario y atravesada también por problemáticas vinculadas a la salud mental—, a sus apenas 6 años empezó a transitar por distintos hogares y hasta vivió el intento de una familia por adoptarla, que finalmente no funcionó.

"Por eso no hay que juzgar a quien dice «no puedo adoptar a este chico o esta chica». Siempre es preferible admitir que no se puede, a avanzar y después retroceder", alertó Molina. "Una persona que lleva años esperando adoptar y admite sus limitaciones debe ser respetada y comprendida, porque se trata de situaciones dolorosas", opinó.

De aquí y de allá. De hecho, los teléfonos del Ruaga Rosario sonaron bastante ayer para plantear un mismo tema: el deseo de adoptar a Beo. Según detalló Degiorgio, se recibieron "muchísimos llamados de Rosario, Santa Fe y Rafaela, pero también de otras provincias, como Córdoba y Buenos Aires".

No todos los ofrecimientos —algunos incluso en forma presencial— surgieron de gente ya inscripta en el Ruaga, por lo que la primera sugerencia fue que se anotaran formalmente para poder candidatearse.

"Se da el proceso inverso de lo que venía ocurriendo, porque hasta ahora nuestros inscriptos pudieron adoptar en otras jurisdicciones y ahora se daría al revés", explicó.

Como sea, ya comenzaron a entregarse turnos para realizar entrevistas esta misma semana. Pero la expectativa va bastante más allá incluso de la propia Beo: nadie niega la ilusión de que algunas de las familias interesadas en adoptar a la nena contemplen también la posibilidad de hacerlo con alguno de los otros cerca de veinte chicos que están a la espera.

De hecho, el juez Molina dijo saber que un nene de más de 10 años ya enfrenta dificultades para ser adoptado. "Y lo cierto es que en general tenemos chicos grandes, incluso algunos hermanos, pero bebés llegan pocos".

Pese a todo, "siempre se hallaron familias dispuestas a contenerlos, incluso a adoptar hasta tres hermanos juntos". Haciendo memoria recordó otro caso: una persona que adoptó dos hermanitos, mientras otra lo hizo con un tercero. Pero ambos hogares funcionaron en red, lo que logró preservar el vínculo entre los chicos.

Dónde deben concurrir quienes estén interesados

El juez Marcelo Molina, junto a la Dirección Provincial del Registro Unico de Aspirantes a Guardas Preadoptivas, también convocó formalmente a quienes quieran brindar cuidados tendientes a satisfacer las necesidades afectivas y materiales a esta niña de 10 años a través del instituto de la adopción. También comunicó que “la declaración en situación de adoptabilidad se encuentra firme y se está en condiciones de otorgar guarda con fines de adopción”. La familia que sea seleccionada podrá contar con la asistencia de la Subsecretaría de Inclusión para Personas con Discapacidad en función de los particulares requerimientos de la nena. Los interesados —que pueden estar solos o en pareja, casados o no, y deben tener más 30 años— deben concurrir al Ruaga Rosario (Santa Fe 1950), teléfonos (0341) 472-1825, de 9 a 16.

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