Cuando pensamos en Alfredo Casero (53) -inmediatamente- lo encasillamos en actor, showman y músico, pero este hombre es mucho más que un genio del humor. ¿Qué ocurre cuando cae el cortinado?
Poco se sabe de su primera mujer, Connie, con la que tuvo dos hijos: Guillermina (30) y Nazareno (29). De su segundo gran amor, Marisa Rogel, se sabe aún menos. Con esta artista plástica, madre de su hija más chica, Minerva (16), volvió a apostar al amor. De bajo perfil, pero siempre acompañándolo, la morocha puso el mundo de Alfredo de cabeza. Marisa sigue sacudiendo el mundo de Casero, pero no de la forma en la que él esperaba.
Los vecinos de Las Lomas de San Isidro se sorprendieron al escuchar los gritos de un hombre que, parado en la mitad de la calle, le rogaba que saliera y le diera explicaciones. “Abrí el portón, después de tantos años de relación me debés una explicación”, le gritaba el humorista a Marisa. Ella, llorando, le contestaba: “Andate, Alfredo, estás haciendo un papelón”. Después de los reproches, la morocha pensó que había ganado batalla y Casero se alejó.
A la media hora, el humorista regresó. Parado en el medio de la calle y mirando la puerta estaba cerrada, comenzó a llamarla de nuevo (a los gritos). Ella, volvió a hacerse presente. "Decile que salga y se haga valer como un verdadero hombre, se que está escondido arriba. ¿Qué te pasa? ¿Cómo te podés estar garchando a un psicólogo?", le reprochó el humorista. Los vecinos, hartos de los gritos y temiendo por el desconsolado llanto de la mujer, llamaron a la policía.
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