El escandaloso, aberrante y condenable acto se llevaba a cabo en un departamento dePalermo y otro en San Isidro. Existían otros puntos de reunión, pero los más habituales eran estos dos. Allí, los jugadores de la Sexta y Séptima Categoría de Independiente –menores de entre 14 y 17 años- eran utilizados para complacer a distintos hombres que pagaban por tener relaciones sexuales.
El procedimiento alarma, no solo a las autoridades Independiente, sino a todo el fútbol argentino. Joaquín Valdebenito, futbolista de la Cuarta División del elenco de Avellaneda, el cual seguía viviendo en la pensión del club pese a ser mayor edad por una grave lesión que lo alejó de las canchas, era el encargado de “elegir” y, de cierta forma, convencer a las víctimas, dijeron fuentes del caso.
Según consta en la denuncia que presentó Fernando Berón, coordinador de las Inferiores del club de Avellaneda, el juvenil se les acercaba, entablaba amistad con muchos de ellos, doblegaba la voluntad de los menores y les ofrecía importantes sumas de dinero.
A partir de ahí, la tarea de Valdebenito se terminaba –su objetivo era seguir buscando o, mejor dicho, "marcar" a la siguiente víctima- y le dejaba su lugar a los otros involucrados en la causa: Alejandro, Juan, Leonardo, y Martín (Bustos), el árbitro investigado, dijeron las fuentes.
En una de las testimoniales a las que tuvo acceso BigBang, se detalla que uno de los menores habría salido el último 7 de marzo del predio aproximadamente a las 14. El juvenil se encontró con un hombre de unos 35 años, quien lo llevó hasta un departamento de San Isidro.
"La víctima de 14 años le presentó a un hombre en el Shopping Walmart, de Avellaneda, y desde ahí se trasladaron en un vehículo hasta San Isidro, donde se llevó a cabo el encuentro sexual. Al menor le practicaron sexo oral y penetró al hombre a cambio de dinero", reza la denuncia.
De esta manera, Valdebenito se acercaba a los 53 menores que hoy viven en la pensión del Rojo de Avellaneda y les organizaba diferentes encuentros sexuales a cambio de dinero. Las víctimas se llevaban $ 800 en mano y $200 en forma de carga en la tarjeta Sube. ¿Y los que actuaban de nexo? La Justicia investiga si recibían $5.000 a cambio de sexo con los menores.
La causa quedó en manos de la UFI N°4 de Avellaneda, en manos de la fiscal María Soledad Garibaldi, bajo la carátula de “abuso de menores y facilitación del abuso”. Por este presunto delito, agravado por ser las víctimas menores de edad, al árbitro y al resto de los involucrados le podrían corresponder 30 años de prisión de ser considerado culpable.
Por estas horas, la fiscal Garibaldi habría decidido librar las correspondientes órdenes de captura, algo que hasta el momento no ocurrió y que según las fuentes del caso, estaría pronto a suceder. Al consultar a las fuentes del caso, le detallaron a BigBang que ni bien se presenten todas las pruebas correspondientes por parte de la institución, se pedirá las detenciones de todos.
El juez de línea, Martín Bustos, es uno de los más complicados en la causa, dicen las fuentes. Vive en San Isidro, en uno de los domicilios en los que habría concurrido uno de los menores abusados. Debutó como árbitro de primera el 16 de junio de 2017 como asistente 2 en el choque entre San Martín de San Juan y Temperley por la 28º Fecha del Campeonato de Primera División.
Este fin de semana, el juez de línea había sido designado para la fecha de la B Nacional entre San Martín de Tucumán e Instituto. De esta manera, la terna arbitral para dicho encuentro iba a estar constituida por Maximiliano Ramírez (árbitro), Matías Beares (Asistente 1), Martín Bustos (Asistente 2) y Fabricio Llobet (Cuarto árbitro).
Sin embargo, frente al escándalo la Asociación Argentina de Árbitros, a cargo de FedericoBeligoy, decidió reemplazar a Bustos por Nahuel Rassullo. La última participación en Primera de Bustos fue en la victoria de Newell’s por 2-0 ante San Martín de San Juan y también fue parte del clásico de Avellaneda de noviembre como árbitro suplente.
Al enterarse de este hecho –según le advirtieron a este portal en la sede del rojo en Avellaneda- muchos de los padres de los chicos analizan la posibilidad de sacarlos de la pensión. Algo que representaría un gran problema y un grave retroceso al club.
Otros, en cambio, estarían pensando en iniciarle acciones legales al club, aunque esto último es solo una mera especulación que hacen por ahora en la institución de Avellaneda. Mientras tanto, los padres del menor que reveló esta trama estarían viajando para reunirse y contenerlo.
En la pensión de Villa Dominico viven en total 53 chicos –entre 14 y 17 años- y fue uno de ellos (de la categoría 2001) quien rompió en llanto y le reveló al jefe del departamento de psicólogos de la pensión: Ariel Ruiz, el calvario al que era sometido. Frente a esto, la Policía actuó de oficio tras el testimonio de Fernando Berón al tratarse de un caso de "abuso de menores".
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