viernes, junio 27

El "picoteo" es una epidemia: el 70% siente deseo de comer entre horas


Un nuevo relevamiento de los hábitos alimentarios afirma que siete de cada 10 jóvenes y adultos reconocen que sienten esa súbita tentación de saborear algo dulce o salado entre las comidas y que eso pone en riesgo la línea o, directamente, demora toda chance de recuperarla. Es más: la incluyen entre los principales motivos de aumento de peso.

La mitad opta por engañarlo con mate, café o té. El resto prefiere algo más sólido, según indica la encuesta de TNS Argentina en el diario La Nación a una muestra representativa de la población de 18 años o más. "Es importante diferenciar entre picoteo y colación", advierte la doctora Rosa Labanca, directora del Centro de Asistencia, Docencia e Investigación de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (Saota).

"Mientras que la colación es una comida programada que tiene un fin determinado -aclara-, el picoteo es una comida desordenada, que generalmente ayuda a engordar. Esto es fundamental porque las estadísticas nos muestran que las personas que bajaron de peso recuperan el peso anterior o, incluso, lo superan al cabo de 5 años".

Esta conducta no es exclusiva de un solo grupo. "Se da en personas con peso normal, así como, y particularmente, en aquellas con sobrepeso, adultos y niños, de ambos sexos", precisa la nutricionista Viviana Viviant, que dirige el sitio online Nutrición y Vida Sana.

Hay situaciones que potencian su aparición. Para los jóvenes, son las horas de estudio y los exámenes. Los hombres sienten más deseos de comer "algo rico" al volver del trabajo y los mayores de 65 y las mujeres, mientras miran TV. Otros disparadores son el estrés sostenido de esta época, el aburrimiento, la sensación de frustración, el enojo y la soledad, coincidieron ambas especialistas, que no participaron de la encuesta encargada por Elea, que comercializa productos para adelgazar.


"Los alimentos a los que recurrimos combinan muchas calorías y un alto grado de placer, ya sea por su sabor, su textura o su apariencia. Eso activa vías de recompensa que se independizan de la necesidad nutricional e inducen el consumo excesivo", explica Labanca. Aclara que esta forma desorganizada de comer aporta hasta el 30% de las calorías diarias y que el 44% de lo que elegimos para comer son snacks dulces y salados.

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