La producción cometió un gravísimo error: la conductora se puso los aros con la etiqueta del precio aún pegada.
Ante el primer plano de la cámara sobre el rostro de la diva, la grave omisión quedó en evidencia, dejando incinerada a la producción.
Si bien la etiqueta no es completamente legible, el error puede llegar a ser imperdonable.
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